El verano comenzó oficialmente el miércoles a las 6.24 horas de la mañana, dejando atrás la primavera más calurosa jamás registrada. Así lo certifican los datos recopilados a partir de 1965 por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
Entre el 1 de marzo y el 31 de mayo de 2017, se registró una temperatura media de 15,4 grados, o lo que es lo mismo, 1,7 grados más que la media en esta época del año.
Una dinámica que se ha acentuado durante las primeras semanas de junio. “Hasta el día 18, el mes registra hasta tres grados por encima de los valores normales”, informó ayer en rueda de prensa Ana Casals, portavoz de Aemet.
Según las predicciones que maneja la Agencia de Meteorología, este verano será “muy cálido”. Ese pronóstico se traducirá en termómetros que marcarán entre medio y un grado por encima de la media durante esta época del año. Pese a no ser un dato especialmente alto, Casals destacó que “una pequeña variación de la temperatura media en este sentido desemboca en cambio muy grandes, de tal manera que las olas de calor serán más frecuentes”.
Junto a esa tendencia calurosa, la otra característica de la primavera que acaba de terminar ha sido su carácter seco en términos generales. Tanto es así que mayo se cerró con un 23% menos que las lluvias medias.
En junio, las precipitaciones “están cercanas al valor normal para esta época del año, y se espera que así continúe siendo durante el resto del verano”, apuntó Roser Botey, jefa del área climatológica de Aemet. No obstante, precisó que “al ser meses en los que no suele llover mucho, no esperamos grandes cambios respecto a los registros actuales”.
Desde otoño, el norte y centro de la península ibérica sufren una reducción acusada de las precipitaciones que ha desembocado en una sequía preocupante, especialmente en las cuencas del Duero, del Tajo y del Cantábrico Oriental y Occidental.
De hecho, según explican fuentes del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama) a este periódico, la del Duero se encuentra en alerta y se está tramitando la aprobación de un Real Decreto de sequía. Esta cuenca está actualmente al 49% de su capacidad, mientras que en estas mismas fechas hace un año el porcentaje era del 91%, y la media de los últimos diez años es del 83,7%. Por mencionar un ejemplo, el embalse de Almendra (Salamanca), que tiene una capacidad de 2.586 hm3, a 20 de junio de 2017 estaba al 39,83% de su capacidad -con 1.030 hm3 de agua-, cuando hace un año era del 97,87%.
El estado de la cuenca del Tajo es similar: está al 49,6% de su capacidad, y hace un año estaba al 72,9%. Uno de sus embalses, el de Entrepeñas (Guadalajara), está al 14,61% con 122 hm3, y hace un año esta cantidad de agua era más del doble.
Vïa: El Mundo