Al oídio se le conoce también por otros nombres según la región geográfica; otros nombres por los que se conoce este hongo de la viña son: ceniza, cenicilla, polvillo, polvo, cendrada, cendrosa, sendreta, malura, roya, blanqueta…
Síntomas y Daños del oidio:
El oídio puede atacar a cualquier parte verde de la vid.
Hojas: Los síntomas pueden aparecer tanto en el haz como en el envés, en ambos casos suele observarse un polvillo blanco ceniciento, que puede limitarse a algunas zonas, o bien ocupar toda la superficie de la hoja.
Brotes y sarmientos: los síntomas se manifiestan por manchas difusas de color verde oscuro, que van creciendo y que pasan a tonos mas oscuros al avanzar la vegetación y hasta negruzcos según aumenta la lignificación de la viña.
Racimos: al principio aparecen como un cierto polvillo que recubre en poco tiempo todo el grano.
Los daños producidos por el oidio más importantes se localizan en los racimos, pues el hongo del oídio detiene el crecimiento de la piel del grano, por lo que es frecuente que se agriete, produciendo unos daños directos en la cantidad y calidad de la cosecha.
Los ataques fuertes también ocasionan un mal agostamiento del sarmiento con la consiguiente disminución de la acumulación de reservas en las yemas.
Estados de desarrollo y ciclo anual del oidio:
El hongo inverna en el interior de las yemas y en los sarmientos. Cuando comienza la brotación, suelen darse las condiciones ambientales para que el hongo salga de su letargo y empiece su desarrollo.
Cuando alcanza la madurez comienza la reproducción asexual con la formación de gran cantidad de conidias, que transportadas por el viento, propagan la enfermedad a cualquier parte verde de la planta.
A partir de este foco primario puede tener varias contaminaciones, si las condiciones climáticas son favorables, durante todo el desarrollo vegetativo de la vid.
Al final de la vegetación, el desarrollo del hongo también se detiene disponiéndose a pasar el invierno en la forma de micelio (fase asexuada) en el interior de las yemas o en forma de peritecas (fase sexuada) en los sarmientos.
Climatologías favorables para el oidio:
La temperatura, la humedad y la iluminación son los factores que condicionan el desarrollo de este hongo.
La temperatura es el factor que más influencia tiene en el desarrollo de la enfermedad:
– A partir de 15ºC: comienza su desarrollo.
– Entre 25 y 28ºC: es el rango optimo de temperaturas para su desarrollo.
– A partir de 35ºC: detiene su desarrollo
– A partir de 40ºC: estas temperaturas tan altas son letales para el oidio.
La humedad ambiental también es muy importante e influye en el desarrollo de la enfermedad. Con humedades relativas altas germinan las conidias. Al contrario que el mildiu, las lluvias abundantes frenan su desarrollo.
Estrategia y protección contra el Oidio:
Los momentos más oportunos para realizar los tratamientos fitosanitarios son:
1. Cuando los racimos se hacen visibles (estado fenológico F), teniendo la mayoría de los brotes entre 5 y 10 cm.
2. Al comienzo de la floración (inicio del estado fenológico I).
3. Con granos de tamaño guisante-garbanzo.
4. Al principio del envero (5-10% de los granos cambiando de color).
En variedades sensibles y en zonas o años propicios puede ser necesario realizar tratamientos adicionales.
En variedades menos sensibles y años menos favorables podrían ser necesarios menos tratamientos de los indicados.
El único método de protección eficaz del oídio actualmente es el químico.
Algunas materias activas para su control: azufre, ciprocozanol, dinicozanol, dinocap, fenarimol, flusilazol, hexaconazol, mycrobutanil, myclobutanil, nuarimol, penconazol, permanganato potásico, pirifenox, triadimenol.
Vía: Vitivinicultura